La propuesta intenta recuperar la claridad de recorridos presente en el edificio original, comunicando las sucesivas ampliaciones bajo un mismo discurso de estructura y diseño que unifique la edificación actual.‍ La estrategia propuesta recupera la delimitación del muro original de la vivienda inicial, y ha unificado los espacios añadidos en un único volumen interior, luminoso, conectado con el exterior, generando una estancia intermedia entre la privacidad de los dormitorios de la vivienda y el entorno que la rodea. ‍ Las estancias protagonistas de la reforma son los espacios sociales, y serán espacialmente continuos para generar un nuevo ambiente común para los miembros de la vivienda. Esta característica espacial es totalmente nueva a la disposición del resto de la vivienda, mucho más fragmentada, íntima, personal y menos luminosa.

El espacio se jerarquiza a través de las distintas alturas preexistentes en las estancias , que responden a realidades constructivas diferentes tanto en el uso de materiales como en la forma de sustentarse. Se simplifican el uso de materiales, colores, geometrías de techos, para que el interior funcione de forma coral pero manteniendo la historia constructiva de cada una de las partes del inmueble y no diluir las razones que le han llevado a tener esa disposición a lo largo de los años. La relativa homogeneización de las soluciones de diseño devuelven el protagonismo al paraje circundante, el elemento generador de los grandes ventanales, y que marcarán totalmente la forma de vivir en esa estancia.‍ Con esta reforma, la casa gana un espacio del que no disponía, un espacio donde los miembros de la casa pueden encontrarse, relacionarse, o compartir algo aún realizando cada uno de ellos distintas actividades.